– No, no, Julieta queremos ir solo, por favor hija te tendrás que quedarte sola tres días.
Julieta se enojó mucho con ellos entonces se fue llorando a su cuarto. Sus padres fueron a su cuarto a despedirse de ella pero no les respondió. Cuando sus padres partieron llamó a todos sus amigos.
A los veinte minutos vinieron sus amigos a buscarla y entonces salieron todos juntos para el boliche. Cuando entraron al lugar empezaron a bailar; un chico llamado Franco sacó a bailar a Julieta y bailaron toda la noche juntos.
La chica se fue sola a su casa, En la calle Rivadavia la atrapó un secuestrador, la cargó en su auto y la llevó hasta un galpón muy oscuro.
El secuestrador la sentó en una silla, le ató las manos, los pies, y le tapó la boca para que no gritara. La dejó sola una noche, al otro día los padres llamaban para ver como estaba y la atendió el mayordomo quien les dijo que Julieta no había llegado a la casa. Los padres se asustaron y comenzaron a llamar a los amigos de Julieta y todos le decían que ella se había ido sola a su casa. Los padres la llamaron al celular y entonces atendió el secuestrador y les dijo que él tenía secuestrada a su hija, que a cambio quería un millón de dólares, sino la mataba. También les dijo que no llamaran a la policía.
Los padres volvieron del viaje y contrataron a un detective que tenía un ayudante, éste era amigo del secuestrador. Cuando comenzaron a investigar el ayudante daba pistas falsas y culpaban al verdulero, al peluquero y al chico que bailó con ella.
El detective fue en busca de los sospechosos y los interrogó pero llegó a las conclusiones que ellos no tenían nada que ver.
También interrogó al chico del boliche que bailó con Julieta, él le dijo que solo bailó toda la noche, la quiso acompañar pero ella no quiso, que se despidieron en la puerta del boliche y ella se fue caminando sola: El se quedó hablando con unos amigos y vio pasar un auto muy rápido para el lado que iba Julieta caminando. El detective tomó nota de todo lo que le dijo el chico y se dio cuenta de que el ayudante mentía y entonces decidió seguirlo.
Entonces encontró un auto con pertenencias y ropa de la secuestrada.
El ayudante, sin darse cuenta, fue al galpón donde estaba Julieta. Entonces el detective entró al galpón y pudo desatar a Julieta. El ayudante y el secuestrador estaban distraídos hablando para repartirse el dinero. Cuando el ayudante miro para donde estaba la chica, ella ya no estaba.
El secuestrador salió del galpón y corrió hasta alcanzar al detective y a la chica. En ese momento llegaron sus padres y la policía; arrestaron al ayudante y al secuestrador y encontraron a Julieta sana y salva.
AGUSTINA - LUZ – LAUTARO